Breve crónica del conflicto de Salud

Por Susana Roitman, integrante del Observatorio de Conflicto Laboral de Córdoba

Foto de portada gentileza de Elsa Torres.

El 31/10/2022, 17 médicos de guardia del Hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto renunciaron, protestando por los pasillos del Hospital, por los salarios ínfimos cobrados. No habían logrado ser incluidos en la categoría “recurso humano crítico”, con la que el Gobierno de la Provincia, va emparchando los reclamos de los distintos especialistas, apuntando a la fragmentación del colectivo de salud.

El 7 de noviembre comienza un proceso asambleario amplio y un plan de lucha en prácticamente todos los establecimientos hospitalarios dependientes de la provincia. Por “efecto contagio” se escuchan reclamos de diferentes instancias de salud municipales y tímidamente de los privados, cuyas condiciones de disciplinamiento y control son mayores aún que en la provincia. 

El 16/11/2022 el Sindicato de Empleados Públicos (SEP), que “representa” formalmente a los trabajadores de salud firma una paritaria paupérrima que no cubre la inflación del año.

Ese mismo día desde las asambleas hospitalarias autoconvocadas se decreta un paro de 24 horas, con guardias mínimas y se produce una enorme marcha de la salud en Córdoba donde participan miles de trabajadores cuestionando el acuerdo y exigiendo otras condiciones salariales y el pase a planta de monotribustistas y contratados.

El 19/11 se conforma en el Colegio de Sicólogos la Coordinadora Córdoba Salud Unida donde están representados más de 40 unidades de atención médica entre Hospitales, Centros de Atención Primaria (CAÇPS)   y centros de salud. Pero además se integran todos los estratos profesionales o no profesionales, administrativos, residentes  y concurrentes “Salud Somos Todos” es el lema que motoriza.

El 23/11 otro paro y marcha masiva ya tiene un petitorio común acordado por la coordinadora Córdoba Salud Unida:

  • Un bono en diciembre de 150 mil pesos.
  • Recomposición salarial de 200 por ciento del básico, ajustable al proceso inflacionario.
  • Pase a planta de todos los monotributistas y el blanqueo de todas las sumas no remunerativas
  • La incorporación de todas las profesiones universitarias al grupo ocupacional 1, el de médicas y médicos; un pedido que significaría una mejora sustancial para enfermeras egresadas universitarias y otros profesionales que están actualmente en el grupo ocupacional 2.
  • La recuperación del 82 por ciento del básico para las jubilaciones.
  • El reconocimiento de médicos residentes en como profesionales en formación.
  • Unificación de las 2 leyes de salud (7233 una ley que incorpora a personal de salud con menos calificación a la escala general de la provincia a la 7625, específica para la salud)

El 24/11  el Ministerio de salud  convoca a una reunión a la Coordinadora Córdoba salud unida, reconociendo así la no representatividad del SEP. Sin embargo en la reunión  participan “cuatro funcionarios”, no se suma la Ministra de Salud y no hay propuestas concretas lo que genera malestar en los equipos de salud que vuelven a encontrarse en asambleas masivas. Se convoca a un paro de 72 horas desde  28 hasta el 30 de noviembre  con atención de guardias mínimas y marchas de protesta.

El 30 de noviembre el gobernador Schiaretti lanza por decreto un aumento que consiste en un 40% sobre el básico para todo el personal de salud. Se hace una profusa propaganda mediática  en donde La Voz es su principal vocero, despliega una pirotécnica numérica “mostrando” que los aumentos son muy significativos y que se puede considerar un “triunfazo” para la Coordinadora. Al mismo tiempo arrojan un manto de dudas sobre la “politización2 de la protesta y la dificultad de negociar con múltiples interlocutores.

 La Coordinadora Córdoba Salud Unida sale a explicar que no son números aceptables porque un incremento sobre  básicos muy bajos (un médico especialista con 10 años de antigüedad percibe $75.000 de básico), no significa un aumento real de ese monto sobre el sueldo de bolsillo y perjudica a las y los jubilados. Siguen las protestas, las asambleas y las marchas, continúa el plan de lucha y solo se atienden las guardias mínimas. Se trata del “Cordobazo en la Salud” insisten los trabajadores. También acompañan los reclamos de los trabajadores del Ministerio de salud provincial.

El 1 de diciembre una nueva reunión con la ministra Barbás explicita que los aumentos impactarán en los ítems remunerativos y por lo tanto en las remuneraciones. La lucha continúa pero hay sectores que estiman que es momento de “aflojar” con las protestas.

El 3 de diciembre el SEP lanza un comunicado donde se habla de “mala fe”, insiste en que son los únicos canales formales para la negociación y piden reapertura de paritaria. A esta postura le siguen UEPC y otros gremios provinciales menores. Parece que Pihen (secretario general del SEP) se  desayunó sobre lo mala que había sido su paritaria,  la escasa o nula representatividad de su gremio en el sector salud que llegó al punto de que siendo siempre socio de los gobiernos de turno, la provincia tuvo que optar por dejarlo fuera de la negociación por la fuerza de un movimiento desde abajo. Una lección para todas y todos.

Entre el 2 y el 5 de diciembre en las asambleas se  evalúan condiciones para seguir la lucha y en varias unidades el movimiento empieza a replegarse.

El 6 de diciembre una enorme marcha de las antorchas con solidaridades amplias de docentes, pacientes, jubilados y una multiplicidad de sectores reafirma la defensa de la salud en córdoba al mismo tiempo que es un punto de inflexión en el conflicto que comienza a desandar su faz movilizadora. Hay quienes acuerdan y quienes no. Se reconoce el valor de la heterogeneidad, de la lucha y se compromete a la continuidad.

En febrero se reabren paritarias. Continuará….

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